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Acuas fontis Aureae (1 de 2)

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Uno de los grandes protagonistas del recinto, es el agua, sin ella sería imposible la conservación de este lugar, y su incorporación majestuosa al conjunto.

Durante el imperio de Augusto, el primer emperador de Roma entre los siglos 27 a.C. a el 14 d.C, la expansión de Córdoba obligó a la construcción del primer acueducto en la ciudad. Hasta entonces se había ido abastecido de los acuíferos subterráneos, perforados por números pozos, . Aquel primer acueducto fue denominado “Aqua Augusta”, para pasar a llamarse más tarde “Aqua Vetus”, este gran acueducto llego a abastecer entre 25.000 y 35.000 metros cúbicos de agua diarios a la capital, tras recorrer los más de 19 kilómetros, la mayoría de ellos bajo tierra.

A lo largo del siglo I de nuestra era se lleva a cabo en Córdoba un gran programa de monumentación, con la instalación de más de cien fuentes en época de Tiberio. En esta época de esplendor y auge económico se lleva a cabo la construcción del segundo acueducto en Córdoba en el imperio de Domiciano del 81 al 96 d.C denominado Aqua Nuova Domitiana Augusta. Este acueducto traería menos agua, pero con la suma de la Aqua Vetus haría de Córdoba una de las ciudades mejor abastecidas de todo el imperio.

Se conoce de la existencia de un tercer acueducto, de época del bajo imperio, que pasaba por donde está hoy la estación de autobuses, y denominado por los árabes como el que abastecía de agua la fuente dorada o Aqua Fontis Aureae. Este acueducto proporciona el agua de los estanques de la c/ cairuán, en el foso de la muralla y las albercas del Alcázar de los Reyes Cristianos.